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Sofía Miláns (Madrid, 1998) es una artista que se adentra en la abstracción a través de la pintura. Tras completar sus estudios de arquitectura con honores, decidió renunciar a esta profesión para desarrollarse como pintora, impulsada por un acto de intuición, necesidad y rebeldía. Comenzó explorando el arte digital, pero con el tiempo decidió dejarlo en un segundo plano y retomar técnicas clásicas, que en la actual incertidumbre, resonaban en mayor profundidad con aquello que deseaba crear.

Desde entonces, ha estado trabajando en su estudio en Madrid, explorando el lenguaje pictórico desde la materia, el gesto y el color. Su inspiración se fundamenta en la naturaleza y en la profunda conexión que mantiene con ella. Su obra no nace a priori de un impulso introspectivo, sino de una observación atenta del mundo exterior: de los paisajes, las formas orgánicas, las texturas y los ritmos naturales que traducen la complejidad del entorno en lenguaje plástico.

Su obra se caracteriza por una expresividad cruda y visceral, donde el trazo y la pintura adquieren un protagonismo absoluto. Influenciada por el automatismo y el expresionismo, su proceso creativo se basa en la espontaneidad y en la relación directa con los materiales, dejando que la pintura revele su propio camino a través de su intuición. Esta actitud abierta y receptiva hacia el entorno natural permite que la energía de lo observado se manifieste en cada trazo, en una especie de diálogo intuitivo entre lo vivo y lo pictórico.

Miláns ha desarrollado un cuerpo de trabajo en el que la energía del trazo y la intensidad cromática generan composiciones enérgicas y emotivas. Sus piezas, que van desde dibujos espontáneos hasta composiciones de gran formato, exploran la relación entre la intuición y la estructura.

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